viernes, 24 de junio de 2011

El trabajo misionero es el combustible para el reavivamiento. Por Mike Jones

Sin un impacto constante sobre la comunidad, el reavivamiento será breve y auto absorbido Los llamados al reavivamiento provenientes del liderazgo de nuestra denominación son gratificantes, pero nunca debemos olvidar la importancia del trabajo misionero.

Nunca olvidaré el reavivamiento que barrió mi iglesia local en 1969 en Worthington, Ohio. Acababa de dejar el adventismo "costumbrista" para tomar una decisión adulta por Cristo a los 30 años de edad. El hombre de negocios, convertido en un hombre de reavivamiento, Emilio Knechtle llegó a ser mi mentor, y tras mi sugerencia, la iglesia le invitó para mantener una serie de encuentros de fin de semana. ¿El resultado? Surgió un reavivamiento.

Aquél reavivamiento resultó en el lanzamiento de una docena de grupos pequeños de estudio. Algunos grupos estudiaron varios libros de la Biblia, mientras que otros usaron libros cristocéntricos como "El Camino a Cristo" de la cofundadora de la Iglesia, Ellen White. Un nuevo espíritu permeó la iglesia y muchas vidas cambiaron a mejor. Fue maravilloso. Durante un tiempo.

Pero un año después, nuestro reavivamiento había llegado prácticamente a su fin.

¿Por qué? Porque nos habíamos centrado mayormente en nosotros mismos. Queríamos reforzar nuestro caminar con Jesús, algo bueno. Pero, lamentablemente, no estábamos haciendo las obras de Cristo. Como ven, el trabajo misionero es el combustible que mantiene las llamas del reavivamiento ardiendo, y el trabajo misionero no ocurría entre nosotros.

No hay nada nuevo en todo esto. La Sra. White una vez informó sobre un reavivamiento que tuvo lugar en Battle Creek, Michigan en 1893, que perdió fuerza cuando los estudiantes no se involucraron en el trabajo misionero. Nunca olvidaré el reavivamiento que barrió el campus en la Universidad de Andrews en 1971, durante mi primer año como instructor allí. Fue poderoso, impactando tanto a los estudiantes como a la facultad. Pero tampoco duró mucho.

Jesús subraya la importancia del trabajo misionero: "Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios", dijo en Mateo 10:8 (NVI). Pero aquellas ideas simplemente estaban ausentes en nuestro plato en 1969. No estábamos alcanzando a nuestra comunidad. Éramos tan felices disfrutando nuestro pequeño y dulce reavivamiento y de la nueva proximidad de muchos de nosotros con los demás, que no hicimos mucho más salvo mantener nuestros grupos.

Lamentablemente, no pasó mucho tiempo hasta que volvimos a nuestro tibio estado laodicense. Nos gustaba lo que había sucedido, y no queríamos perderlo.

Jesús nos avisó en Marcos 4:18 que "los cuidados del mundo y ... el deseo de otras cosas" podrían, si fuese posible, ahogar la Palabra, causando que fuese infructífera. Eso es lo que nos sucedió. Pasado el tiempo, algunos de nosotros incluso abandonaron la iglesia, incluyéndome yo.
Hoy he vuelto y creo que tengo un reavivamiento en mi vida. Pero lo que lo mantiene vivo es el trabajo misionero. Cuando me encuentro con personas en mi iglesia, en mi vecindario con relaciones rotas, algunos sin hogar y otros mentalmente enfermos, entre otros casos, me enfrento a un gran problema. No estoy a la altura de las circunstancias. No estoy preparado.

Pero esta incapacidad está probando ser una bendición. Este sentido de incapacidad de estos días me lleva a caer sobre mis rodillas y a la Palabra de Dios. Cada mañana le cuento a Jesús: "Soy tu hijo Mike, aquí en la zona de guerra del Planeta Tierra, y estoy desesperado por tener tu presencia en mi vida". En la medida en la que oro, pido por el poder divino y sabiduría y gracia (su capacidad) para que se manifieste en mis encuentros."

Sin duda alguna, el doble punto de la oración y el estudio de la Biblia, cuando se combina con el trabajo misionero, es lo que alimenta el fuego del reavivamiento.

"Pero no soy bueno con el trabajo misionero", puede decir usted. "No sabría ni por dónde empezar."

Déjeme que le ayude.

Puede comenzar preguntando cosas a la gente, incluso a los que no conoce. Quizás pueda ser el cajero del banco. O la cajera del supermercado. O el muchacho en el lavado de coches. O alguno en el asiento de enfrente.

Puede preguntar "¿Qué tal le va? ¿Cómo le va la vida?" Entonces, simplemente escuche. Más de uno le contarán acerca de algún dolor en su vida. Los escuchará decir: "Mi madre murió la semana pasada", "me estoy recuperando de una trombosis", o "nos van a embargar la vivienda".

Usted pensará, "¡Vaya!, ¿qué le puedo decir?" Y todo lo que será capaz de decir es "Lo siento mucho. Oraré por usted". Y de este modo, los mantendrá en mente, intentando contactarlos de nuevo.

Incluso si no está predicando una serie evangelística en un país lejano, le aseguro que esta clase de encuentros aparentemente pequeños, escuchando el dolor de los demás, le llevará a sus rodillas, donde tiene lugar el reavivamiento. También es evangelismo de la más alta calidad.

El gran teólogo Francis Schaeffer lo expresó muy bien al responder a su hijo adolescente, Frankie, quien le preguntó por su secreto para cambiar la vida de tantas personas. "Lo que realmente no importa lo que le dices a los demás. Saber cómo escuchar a la gente es lo que les ayuda".

Si escuchar a la gente que sufre es la llave para mantener el reavivamiento vivo, comencemos hoy mismo.

¿Qué opina usted?




Fuente: ANN / Adventist News Network
Autor: Mike Jones, ex editor de la Insight y también un ex pastor. Salió de la iglesia en la década de 1980 después de un divorcio. Regresó en 1998. En 2003, Voice of Prophecy invitó a Mike para desarrollar actividades orientadas a ex miembros. En respuesta, Mike escribió un libro contando la historia de su viaje, "Help, Lord, I Blew It Again". creando un boletín dirigido a los miembros perdidos, y comenzó a tomar compromisos como orador. También creando varios DVDs para ayudar a las personas y las iglesias que deseen llegar a los miembros inactivos. En 2007, Voice of Prophecy fue incapaz de continuar con este ministerio debido a la falta de fondos. Ofreciéndole a hacerse cargo de este ministerio por su propia cuenta. Durante los próximos dos años después de recibir un flujo constante de solicitudes de ayuda para llegar a los miembros inactivos y retirados. Mike decidió, a finales de 2009, crear un sitio web, "Operation Reconnect" (Operación Reconexión) en un intento de empezar a proporcionar recursos y apoyo para aquellos que desean llegar a los millones de miembros perdidos en Norteamérica solamente.





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