martes, 15 de diciembre de 2009

Por qué aún se necesitan cientos de misioneros

Una mejor educación puede ayudar a mejorar los "puntos ciegos de la misión"

Las estadísticas de la Secretaría de Ministerios Voluntarios de la Iglesia Adventista mundial indican que el número de estudiantes misioneros sigue estable, cada vez hay menos profesionales preparados y con experiencia que provengan de Norteamérica, en especial médicos y docentes universitarios, dice G. T. Ng (foto), uno de los secretarios de la Iglesia Adventista mundial.

Los primeros adventistas vivían y respiraban la misión, dice Ng. Eran personas que estaban dispuestas a realizar los mayores sacrificios para esparcir el mensaje de esperanza.

Los misioneros estaban motivados fundamentalmente por "un deseo extremo de servir a Dios". Y ese tremendo llamado es un acuerdo entre el miembro de iglesia y Dios. "Nosotros no cumplimos función alguna. Solo podemos llamarlos y preguntarles si desean ser misioneros".

Ng explica que aunque en la actualidad la iglesia cuenta con unos novecientos misioneros a largo plazo, aún se necesitan otros cientos.

La situación, según es descrita por Ng, es un acertijo. Si hubiera más misioneros, la iglesia mundial podría reunir un mayor presupuesto, pero los 25 millones de dólares que se destinan anualmente en la actualidad no alcanza para atraer a todos los misioneros necesarios.

Hace pocos días, Ng conversó con ANN sobre este tema. A continuación se transcriben extractos de la entrevista:

Adventist News Network: ¿Por qué no hay más miembros que se ofrezcan como misioneros?

G. T. Ng: Un problema es que cuando los misioneros norteamericanos educadores regresan, se considera que están fuera de órbita con la situación y el sistema educativo. Como resultado, no son contratados, aunque estén calificados y sean experimentados. Y por ello, los misioneros dicen: "No quiero que me pase lo mismo". Es probable que esa sea una de las razones del descenso de misioneros de Norteamérica.

ANN: Usted dijo que el número decreciente de misioneros constituye un "problema sistémico". Tienen que existir otras razones.

Ng: Le doy un ejemplo. Llamamos a un doctor y le comentamos de una oportunidad misionera. "Parece interesante", nos dice. Eventualmente, pregunta: "¿Cuánto voy a ganar?" Cuando se lo decimos, nos dice: "¿Es una broma? Ustedes esperan que deje de lado mis 25 años de experiencia y que vaya a otro país por eso?" Ni siquiera se les cruza por la cabeza. La brecha es demasiado grande.

Hace poco hablé con un anestesista que está yendo de misionero a Nepal. Él me dijo: "Es una honra para mí servir a Dios. Es un privilegio". De manera que él sabe que sus finanzas se verán afectadas. Pero él y su esposa están dispuestos a vivir con salarios muchos más bajos. La cuestión es entonces cómo inculcar este espíritu de misión.
ANN: Su historia indica que ser un misionero exige un nivel extremo de sacrificio. ¿Diría usted que hay menos miembros que estén dispuestos a ello?

Ng: Bueno, yo no puedo juzgar a alguien que escoja ser misionero por razones financieras. Los bajos salarios se deben al presupuesto limitado de la iglesia, dada las condiciones actuales del mercado. No creo que sean menos dedicados cuando ganan menos. Y no sabemos cuál es la situación de cada uno y cuáles son sus situaciones financieras. Muchos se han graduado con préstamos que deben devolver. No pueden irse a otro país.

ANN: ¿Y no sería mejor preparar a más miembros para que sirvan en sus propias regiones?

Ng: Los misioneros solían venir solo de los Estados Unidos. En la década de 1980, la situación comenzó a cambiar. Hoy en día, solo poco más del treinta por ciento de los misioneros provienen de los Estados Unidos. Esto significa que la iglesia ya está haciendo uso de los misioneros locales.

ANN: ¿Cuál es una de sus más importantes necesidades actuales?

Ng: Por muchos años tuvimos un individuo que trabajó en Vellore (India) como médico, docente y mentor en el Colegio Médico Cristiano, una institución protestante. Cada año, la iglesia dona diez mil dólares a la institución. Y gracias a ello, se nos garantiza un cupo de estudiantes de medicina. Hay allí un sólido grupo de estudiantes de medicina adventistas. En la India, es casi imposible estudiar medicina si uno es adventista, por causa del sábado. Pero esta institución respeta el sábado. Por ello, es un puesto que es importante que cubramos. Y este hombre se jubiló, y no podemos hallar a nadie. Tiene que ser un médico con experiencia docente. ¿Ve qué difícil que es? Hay una gran necesidad de profesionales en el campo misionero, en el área de educación.

ANN: Y ese es solo un ejemplo. ¿Diría usted ahora es el momento de hallar misioneros?

Ng: No solo ahora. Todo el tiempo.

ANN: ¿Cómo animaría a un miembro para que tome la decisión de ser misionero?

Ng: A veces vemos una imagen desequilibrada. Pensamos en los 16 millones de miembros, en los quinientos hospitales y las incontables escuelas. Pero falta mucho por hacer. Sin embargo, cuando enviamos misioneros a corto plazo, ¿a dónde van? En su mayor parte, a países donde la obra ya está sólidamente establecida. ¿Por qué? Porque, digo yo, hay un desequilibrio. He revisado los registros de los últimos cinco años para ver quiénes y cuándo fueron enviados. Necesitamos educar mejor a nuestros miembros para que vayan a regiones donde existan grandes necesidades, especialmente en la Ventana 10-40. ¿Por qué no ir a Sri Lanka? ¿Por qué no a Nepal? ¿Por qué no ir a los países musulmanes? Estos son puntos ciegos donde la misión es escasa.

ANN: ¿Qué se necesita para ser misionero?

Ng: Ser misionero es un don. No todos tienen la química, la perseverancia o la tolerancia que requiere ser misionero. No todos pueden tolerar sentarse afuera todo el día en Nepal, sin aire acondicionado. Ser misionero es una respuesta directa al llamado de Dios. Cuando les llega el llamado, dicen: "Prefiero hacer antes que cualquier otra cosa en el mundo". Y entonces, es imposible describir el entusiasmo que sienten por la misión.


Fuente: Adventst News Network / ANN

+ Leer más...