El presidente de la iglesia mundial destaca la cruz de Cristo como parte central del mensaje adventista
Sin la predicación de la resurrección de Jesucristo, "el evangelio no existe", declaró el pastor Jan Paulsen, presidente de la Iglesia Adventista mundial, el pasado sábado 10 de octubre durante el culto en la sede central de la iglesia.
En un sermón de amplio alcance, Paulsen destacó áreas donde podrían producirse tensiones. Por ejemplo, dijo, "hay millones de personas que emigran a otros países. ¿Cómo los recibiremos?" Paulsen dijo que esperaba que prevaleciera un mensaje de amor y aceptación, a pesar de las diferencias culturales.
"La cruz nos ha hecho hermanos y hermanas", dijo Paulsen ante un auditorio colmado.
"En la familia de Dios, no valoramos a las personas por su riqueza, posición, estatus, educación, raza, sexo, color de piel, idioma, cultura o hábitos alimentarios. La cruz de Cristo nos iguala. No importa quiénes seamos o de dónde vengamos, todos tenemos el mismo valor a los ojos de Dios".
Paulsen también hizo un llamado a las divisiones y uniones para que consideren añadir jóvenes a los puestos de liderazgo, un área donde, según él, "no hemos andado bien".
También abogó por incorporar más mujeres en los puestos de liderazgo.
Paulsen basó su mensaje en las declaraciones de Pablo a los creyentes de Corinto (en 2 Corintios 5:14-20), destacando la función que tenía el embajador en el siglo I de la era cristiana.
"Cuando se conquistaba un territorio, el embajador acompañaba al general victorioso y arreglaba los términos de paz de lo vencidos [...]. En cierto sentido, era responsable de incorporar a las personas a la familia del Imperio Romano. Por ello, Pablo afirma que él es un representante de Dios, que contribuye para que las personas puedan llegar a ser ciudadanos del reino de Dios e integrantes de la familia real divina", dijo.
Las implicaciones son increíbles, dijo Paulsen. "Predicar el evangelio no es hablar de Dios, sino permitir que Dios hable por medio de nosotros".
Paulsen también instó a los líderes a buscar maneras de acercarse a los investigadores y docentes del sistema de educación adventista, ya que estos "realizan un valioso servicio a los jóvenes y a la iglesia. Francamente, no seríamos lo que somos sin ellos".
Y agregó: "Estos docentes están buscando descubrir y clarificar la verdad. Quiero decir que tengo el mayor de los respetos por ellos y su integridad. En ocasiones, en esa búsqueda, expresarán posiciones que creemos están equivocadas, y así se los diremos. Será nuestra tarea ocuparnos de ese desafío, pero no queremos separarnos de ellos ni que ellos se aparten de la iglesia".
Paulsen siguió diciendo: "Si hubiera aspectos de nuestra identidad que debemos reexaminar y ajustar, los analizaremos y probaremos de acuerdo con los escritos de las Escrituras y de Elena G. de White. Pero debemos hablar con claridad y respeto, y entonces avanzar juntos, unidos por el poder de la reconciliación divina".
Paulsen también se refirió a la transmisión de las creencias fundamentales del adventismo: "Tenemos una amplia gama de mensajes que proclamar: las profecías de Daniel y Apocalipsis, la santidad del sábado, la salud, el estado de los muertos y el juicio, los valores morales y éticos y, por supuesto, la creación del Génesis".
Sin embargo, añadió, "como embajadores verdaderos y fieles, lo primero que tenemos que decirle al mundo es que Dios reconcilió a la humanidad consigo mismo por la muerte de Jesucristo. De lo contrario, habremos fracasado. No estamos para ser interesantes o entretener a otros; estamos para predicar el evangelio".
Este culto sabático fue parte del inicio del Concilio Anual de la iglesia, donde los líderes analizarán una variedad de asuntos administrativos, algunos en preparación para el Congreso de la Asociación General del movimiento, un encuentre quinquenal que se llevará a cabo en junio de 2010 en Atlanta, Georgia, Estados Unidos.
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Sin la predicación de la resurrección de Jesucristo, "el evangelio no existe", declaró el pastor Jan Paulsen, presidente de la Iglesia Adventista mundial, el pasado sábado 10 de octubre durante el culto en la sede central de la iglesia.
En un sermón de amplio alcance, Paulsen destacó áreas donde podrían producirse tensiones. Por ejemplo, dijo, "hay millones de personas que emigran a otros países. ¿Cómo los recibiremos?" Paulsen dijo que esperaba que prevaleciera un mensaje de amor y aceptación, a pesar de las diferencias culturales.
"La cruz nos ha hecho hermanos y hermanas", dijo Paulsen ante un auditorio colmado.
"En la familia de Dios, no valoramos a las personas por su riqueza, posición, estatus, educación, raza, sexo, color de piel, idioma, cultura o hábitos alimentarios. La cruz de Cristo nos iguala. No importa quiénes seamos o de dónde vengamos, todos tenemos el mismo valor a los ojos de Dios".
Paulsen también hizo un llamado a las divisiones y uniones para que consideren añadir jóvenes a los puestos de liderazgo, un área donde, según él, "no hemos andado bien".
También abogó por incorporar más mujeres en los puestos de liderazgo.
Paulsen basó su mensaje en las declaraciones de Pablo a los creyentes de Corinto (en 2 Corintios 5:14-20), destacando la función que tenía el embajador en el siglo I de la era cristiana.
"Cuando se conquistaba un territorio, el embajador acompañaba al general victorioso y arreglaba los términos de paz de lo vencidos [...]. En cierto sentido, era responsable de incorporar a las personas a la familia del Imperio Romano. Por ello, Pablo afirma que él es un representante de Dios, que contribuye para que las personas puedan llegar a ser ciudadanos del reino de Dios e integrantes de la familia real divina", dijo.
Las implicaciones son increíbles, dijo Paulsen. "Predicar el evangelio no es hablar de Dios, sino permitir que Dios hable por medio de nosotros".
Paulsen también instó a los líderes a buscar maneras de acercarse a los investigadores y docentes del sistema de educación adventista, ya que estos "realizan un valioso servicio a los jóvenes y a la iglesia. Francamente, no seríamos lo que somos sin ellos".
Y agregó: "Estos docentes están buscando descubrir y clarificar la verdad. Quiero decir que tengo el mayor de los respetos por ellos y su integridad. En ocasiones, en esa búsqueda, expresarán posiciones que creemos están equivocadas, y así se los diremos. Será nuestra tarea ocuparnos de ese desafío, pero no queremos separarnos de ellos ni que ellos se aparten de la iglesia".
Paulsen siguió diciendo: "Si hubiera aspectos de nuestra identidad que debemos reexaminar y ajustar, los analizaremos y probaremos de acuerdo con los escritos de las Escrituras y de Elena G. de White. Pero debemos hablar con claridad y respeto, y entonces avanzar juntos, unidos por el poder de la reconciliación divina".
Paulsen también se refirió a la transmisión de las creencias fundamentales del adventismo: "Tenemos una amplia gama de mensajes que proclamar: las profecías de Daniel y Apocalipsis, la santidad del sábado, la salud, el estado de los muertos y el juicio, los valores morales y éticos y, por supuesto, la creación del Génesis".
Sin embargo, añadió, "como embajadores verdaderos y fieles, lo primero que tenemos que decirle al mundo es que Dios reconcilió a la humanidad consigo mismo por la muerte de Jesucristo. De lo contrario, habremos fracasado. No estamos para ser interesantes o entretener a otros; estamos para predicar el evangelio".
Este culto sabático fue parte del inicio del Concilio Anual de la iglesia, donde los líderes analizarán una variedad de asuntos administrativos, algunos en preparación para el Congreso de la Asociación General del movimiento, un encuentre quinquenal que se llevará a cabo en junio de 2010 en Atlanta, Georgia, Estados Unidos.
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